viernes, 16 de abril de 2010

Lao primeroque vemos

Hay un cuento sobre un hombre que fue al mercado para encontrar la pieza de fruta perfecta. En el primer puesto que visitó encontró una fruta extraordinaria. Decidió seguir buscando para ver qué más había disponible.

Después de examinar a los otros vendedores, decidió comprar la primera pieza de fruta que había encontrado. Lamentablemente, cuando volvió a aquel puesto, el vendedor de fruta lo había recogido todo y se había marchado a casa.

No sé de dónde proviene esta historia, si sucedió de verdad o sólo es una parábola, pero nos muestra con claridad que sólo porque algo es fácil no significa que no sea correcto.

Aunque es cierto que hablamos sobre el trabajo duro y el esfuerzo, a veces ese esfuerzo es necesario en el futuro. Y a veces el trabajo duro tuvo lugar en una vida pasada. Incluso puede llegar a nosotros a través del esfuerzo de nuestros padres o de la generación anterior a nosotros.

No siempre podemos saberlo. A veces el trabajo fácil ES el trabajo adecuado; la primera persona con la que acudimos a una cita es la persona correcta para nosotros. Sólo porque sea fácil no significa que sea incorrecto.

Esta semana, recuerda que el universo quiere darnos lo mejor. Y que a veces, es lo bastante bueno para ser verdad.


Todo lo mejor,

Yehudá

Escalar las montañas cotidianas

Ocasionalmente la vida nos pide que demos un paso hacia delante, que estemos a la altura de las circunstancias y venzamos nuestras limitaciones. Durante estos tiempos, movilizamos nuestras fuerzas y lo damos todo. Y como este tipo de circunstancias suelen ser pocas y espaciadas, nos manejamos bien. Logramos el éxito y salimos vencedores.

Escalamos la gran montaña.

¿Pero qué sucede el resto del tiempo? ¿Qué pasa con la rutina diaria y mundana en la que pasamos el 90% de nuestras vidas?

Nuestro objetivo debe ser perfeccionar lo cotidiano. Tenemos que encontrar maneras de vigorizarnos y sentirnos inspirados durante los tiempos poco estimulantes. Y todo empieza con reconocer la perfección en la norma. Tomar nuestro trabajo habitual, nuestros compromisos diarios y hacerlo lo mejor que podamos es un éxito mucho mayor que escalar esa gran montaña.

Considera lo siguiente: se dedica un año entero de trabajo al Super Bowl. El partido en su totalidad dura cuatro horas, pero cientos, quizá miles de personas están trabajando para lo que tiene lugar durante esa tarde. La paradoja es que lo que determina la grandeza del Super Bowl es lo extraordinarios que son los restantes 364 días del año para todos aquellos que están involucrados en el evento.

No dejes que tu vida sea monótona. Haz que sea extraordinaria. Nuestras vidas no se miden por cómo nos manejamos en los incendios. Se miden por cómo nos desenvolvemos cuando no hay fuegos que apagar, cuando no hay drama.

Esta semana, revisa tu vida cotidiana. Encuentra maneras de hacer que lo ordinario sea extraordinario, ya sea con tus hijos, tu trabajo, tu transformación personal, con cualquier cosa, con todas las cosas. Estos son los momentos que cuentan. Este momento. Y el siguiente...


Todo lo mejor,

Yehudá

La Vida es perdonar

La vida es perdonar. No importa lo que hayas o no hayas hecho, puedes siempre contar con un día nuevo, y empezar nuevamente.

Hoy extiende ese perdón a alguien.

Haz lo mejor que te sea posible

Todos y cada uno de nosotros quiere ser tan exitoso como pueda llegar a ser. Como seres humanos, todos deseamos ser felices, sentirnos satisfechos y estar cerca de la fuerza de Luz del Creador. Debemos tener un deseo constante de ser lo mejores que podamos, tanto en nuestro trabajo físico como en nuestro trabajo espiritual.

Si ése es tu deseo, si ése es el deseo de la mayoría de los humanos, ¿por qué todo el mundo no es lo mejor que puede ser? El Creador hace esta pregunta cada día.

Satán, cuya autobiografía puedes encontrar aquí (en inglés y pronto en español) le dice al Creador: "Nadie en la Tierra está ahí fuera haciendo todo lo que está en su posibilidad para alcanzar la grandeza". El Creador responde: "Entonces se la daré a las personas que lleguen primero y que la deseen más".

La pregunta es: ¿cómo podemos llegar a ser los primeros? ¿Por qué parece ser algo aleatorio? Si no puedo ser el primero, o el segundo, ¿puedo ser el tercero?

La respuesta es: Si acabas de comenzar tu camino, entonces empieza por esforzarte por ser el mejor. Y si tienes hijos, enseña a tus hijos a esforzarse por ser lo mejor que puedan ser.

A veces nos sentimos tan lejos de nuestro verdadero potencial, que nos desanimamos. No hay atajos. No intentes complacer a los demás. Nada sustituye a hacer el trabajo. Asegúrate de ser una persona que siempre hace lo que se necesita, que finaliza el trabajo cueste lo que cueste.

Y nunca pienses que ya estás allí. Debes esforzarte por llegar allí, pero estar en el lugar en el que sabes que no has llegado todavía. Esto requiere un trabajo constante.

Hasta la semana próxima, recuerda lo siguiente:

Algunos días serán más felices que otros. Y algunos periodos de tiempo serán más exitosos que otros. La clave para el éxito auténtico es ser lo mejor que puedas ser, y no asumir nunca que ya lo has logrado.


Todo lo mejor,

Yehudá

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VIERNES 16 DE ABRIL DE 2010

Tu trabajo aquí es aprender a ser tolerante con los demás, sin importar por qué. Así de difícil pueda ser a veces, la paciencia viene más rápido hacia ti cuando entiendes que el Creador hizo a alguien de cierta forma, para darle a esa persona la oportunidad de cambiar.

Y la misma cosa se ha hecho también contigo.

Hoy, cuando encuentres difícil tolerar a alguien, recuerda que no eres diferente de esa persona: Tú también tienes mucho que corregir y, por lo tanto, es sabio ser compasivo y abierto.

jueves, 15 de abril de 2010

Ve lo invisible


Ahora mismo, de la casa o edificio en el que te encuentras, sólo eres capaz de percibir físicamente, con tus cinco sentidos, alrededor del diez por ciento del edificio. Dentro de las paredes hay mucho más de lo que hay fuera de ellas: las tuberías, los cables eléctricos, la capa aislante, los conductos de aire...y muchas más cosas. Hay muchísimo trabajo, esfuerzo y tiempo que casi nadie nunca llega a ver.

En la vida, en cualquier organización, negocio, familia o persona, también hay capas que nunca vemos. El trabajo más fundamental que realizamos pasa desapercibido. Y a veces es difícil mostrar lo que hemos estado haciendo: sintiendo el dolor de otra persona, meditando o rezando por otra persona.

Las bendiciones que recibimos en la vida están basadas en el trabajo invisible que llevamos a cabo. Las personas se sienten atraídas a nosotros por la Luz que revelamos detrás de los escenarios, no por las cosas que ven o escuchan que hacemos.

Nadie recibe el mérito por el edificio que no se cae en un terremoto. Lo mismo se aplica al trabajo espiritual. Cuando haces el trabajo no visible, sabe que estás construyendo un fundamento, ya sea en tus relaciones, negocios o vida espiritual.

Esta semana, haz más trabajo invisible que visible.


Todo lo mejor,

Hoy repite: "Mis motivaciones de interés personal, motivos ulteriores e intenciones ocultas se substituyen por actos puros de amistad, amor incondicional y de dar.

A cambio, se verán atraídos a mi vida amigos verdaderos y amorosos, la alegría y la satisfacción."


Esta información es recibida del Centro Internacional de Kabbalah